Existen dos enfoques fundamentales en los cuales puede centrarse la evaluación del rendimiento académico de los estudiantes: el Conductista y el Cognitivista.
El enfoque Conductista no parece aportar grandes beneficios ni al proceso formativo, ni a la evaluación del rendimiento estudiantil propiamente dicha. En él es difícil diferenciar el indicador de logro, del objetivo de aprendizaje puesto que estos parecieran estar enunciados en un sólo aspecto desde que se formula el objetivo instruccional.
La evaluación conductista pareciera no tomar en cuenta que el aprendizaje se produce en cada persona de manera individual en un proceso que responde a necesidades, expectativas y otros elementos íntimamente ligados a la estructura interna de cada ser humano. Es así, como toma en consideración, de manera exclusiva, sólo la conducta exterior.
Sin embargo, el enfoque Cognitivista (del cual deriva el paradigma constructivista), encuentra en los indicadores de logro una señal valorativa del nivel de comprensión que el estudiante está desarrollando. Permite que los estudiantes puedan mejorar su nivel de razonamiento sobre los materiales educativos, que constituyan el objeto fundamental del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Lo anteriormente planteado no significa que la evaluación cognitivista sea por si misma una herramienta infalible para el docente. Ello va a depender de la forma en la cual sea aplicada. Cada estudiante posee condiciones que le son específicas; y en ese sentido, el docente debe estar atento a las estrategias utilizadas por los estudiantes para autorregular su aprendizaje, con la finalidad de que sean usadas de manera eficiente, corrigiendo así cualquier desviación que pueda surgir.
Finalmente se puede afirmar que el proceso de evaluación cumplirá su rol cuando exista una relación directa entre los objetivos de aprendizaje propuestos, el material instruccional discutido en el aula y las preguntas formuladas en el instrumento, todo locual es una responsabilidad directa del docente evaluador.
ACTIVEMOS NUESTRO ROL...
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